lunes, 17 de agosto de 2015

La crisis [silenciosa] de los hogares en México



Máximo Jaramillo
http://www.rebelion.org/docs/201952.pdf

Una crisis se vive en México, aunque muchos no lo quieran aceptar. Al
igual que lo que sucede en diferentes países alrededor del mundo,
parece que los hogares en México no han logrado salir de la crisis
económica que estalló en 2008 en Estados Unidos y se esparció
endémicamente a cuyo único error es estar conectados a la economía
global. El argumento principal de este artículo es dar un acercamiento
(muy resumido) a la economía de los hogares durante el periodo
2012-2014, el cual, según se trata de demostrar, es similar al
comportamiento presentado en el periodo 2008-2010, durante los
meses y años que oficialmente se reconoce duró la crisis económica en
México.
Este artículo se estructura en cinco ideas principales, que se presentan a
continuación:
Primero, al igual que en el periodo oficial de crisis (2008-2010), en el
periodo 2012-2014 disminuyó el crecimiento económico, lo que
aumentó la pobreza y disminuyó la desigualdad de ingresos
corrientes totales (como suele pasar en México, para ejemplos de lo
anterior ver Cortés (2012)).
En la gráfica 1 pueden observarse las similitudes entre ambos periodos.
En el primer periodo (2008-2010) la desaceleración económica golpeó
principalmente en el año 2009, lo que fue acompañado de la
disminución de los ingresos en los hogares mexicanos, lo que tuvo como
consecuencia el crecimiento en los porcentajes de pobreza (el
porcentaje difiere según la línea de pobreza utilizada) y la disminución
del coeficiente de Gini de la desigualdad los ingresos (corrientes totales),
es decir, la “disminución” de la desigualdad (más adelante se explica
porque se duda de que esto sea una real disminución en la desigualdad).
Mientras tanto, en el segundo periodo (2012-2014) el año con peor
desempeño económico fue el 2013 (aún resta ver qué sucederá con el
año 2015). Oficialmente no se ha reconocido que la economía esté en
“crisis”, dado que la definición de crisis económica suele comprender
una serie de periodos continuos de caída en la producción económica,
requisito el cual no se ha cumplido para este periodo. Aun así, el periodo
ha presentado cambios en pobreza y desigualdad con tendencia similar
a la presentada durante el primero periodo, el de crisis oficial.
En segundo lugar, los cambios en la pobreza y desigualdad de los
hogares en México entre 2012 y 2014 son peores de lo que
parecen a primera vista, y aún más similares al periodo de crisis
oficial (2008-2010). Un análisis (solo un poco, dada la extensión y
naturaleza de este artículo) más profundo de dichas tendencias puede
demostrar lo anterior.
Analizar los datos sobre la pobreza por ingresos suele ser problemático
ya esta medida depende totalmente de que tan generosa sea la línea de
pobreza utilizada, es decir, debajo de cuánto ingreso podemos decir que
un hogar es pobre. Al parecer este debate ya se ha abierto durante los
días anteriores (por ejemplo, las cifras de Boltvinik que difieren de las de
CONEVAL:
http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?
id=603772&md5=8e3f068c7238c903cae96b0ef73c9fe4&ta=0dfdbac11
765226904c16cb9ad1b2efe ).
Aquí presentamos dos medidas con cálculos de elaboración propia, las
cuales tienen un propósito definido cada una. Primero, el cálculo de la
pobreza absoluta, es decir, proveniente de una línea de pobreza
objetiva, definida a través de algún método que establece que un hogar
que tenga ingresos menores a dicha línea no podría satisfacer ciertas
necesidades. En este caso, la línea utilizada es la “línea de bienestar” de
CONEVAL (lo cual no implica que estemos de acuerdo con dicha línea de
pobreza, pero es la línea a la cual es más fácil acceder a datos históricos
a través de internet). Utilizando esta medida de pobreza absoluta,
encontramos que durante el periodo de crisis oficial (2008-2010) la
pobreza pasó de 39% a 45%. De manera similar, en el periodo 2012-
2014, la pobreza también aumentó, en este caso de 42% a 46% (los
datos de pobreza en la gráfica 1 y 2 refieren a esta medición). Pueden
encontrarse cambios más dramáticos de los porcentajes de pobreza en
las otras mediciones ya citadas, lo cual es aún más preocupante si
pensamos en el problema social en términos absolutos.
La segunda medida de pobreza utilizada, es una medida de pobreza
relativa. Este tipo de medidas de pobreza se encuentra más
relacionada con las medidas de desigualdad, ya que la línea de pobreza
no se establece según necesidades mínimas, si no que se establece con
referencia a los ingresos de los demás hogares. En el caso de la medida
de pobreza relativa aquí utilizada, la línea de pobreza refiere a la mitad
de la mediana de los ingresos del todos los hogares. Al utilizar esta
medida encontramos una tendencia en la disminución de la pobreza
desde 2008 hasta 2014 (véase tabla 1), a diferencia de lo encontrado
con las mediciones de pobreza absoluta. Esto se relaciona con lo
siguiente a analizar, el comportamiento de la desigualdad.
La desigualdad también puede ser medida con diferentes indicadores. El
clásico análisis del coeficiente de Gini, el que aquí se utiliza, implica una
medida de desigualdad relativa. Aun así, existen medidas como el
“Gini Absoluto” en las cuales la disminución de la distancia relativa
entre los ingresos de los hogares se pondera según los valores absolutos
de dichos ingresos. Por el momento (es escasa la información acerca de
cómo realizar dicho cálculo) presentamos solamente los cálculos del
coeficiente de Gini en su versión más utilizada (relativa). 
Así pues, durante el periodo de crisis oficial (2008-2010), hubo una
disminución en la desigualdad si se observa el coeficiente de Gini del
ingreso corriente total, el cual pasó de 0.48 a 0.46. Si bien la magnitud
es mucho menor, dicha medida también presentó una disminución
durante 2012-2014 (de 0.4654 a 0.4640).
Es importante mencionar que dichas tendencias en la disminución de la
desigualdad de los ingresos corrientes totales durante periodos de crisis
económica, suelen ser medidas muy generales que ocultan una
serie de aumentos en desigualdad que deben de ser analizados
con mayor profundidad (para un análisis a profundidad de los
cambios en la desigualdad durante el periodo de crisis 2008-2010, ver
Jaramillo (2015) y Jaramillo (2014)). Por ejemplo, si observamos las
medidas de desigualdad de los ingresos por trabajo, encontramos que
en el periodo de crisis oficial (2008-2010) aumentó la desigualdad con el
coeficiente de Gini de por ingresos de trabajo, mientras que si vemos la
relación del percentil 90 sobre el percentil 10 (otra medida de
desigualdad relativa ampliamente utilizada), vemos que en ambos
periodos aumentó la desigualdad. Lo anterior nos lleva a la necesidad de
un análisis más profundo, yendo directamente a los datos de los
ingresos de los hogares y dejando de lado momentáneamente las
medidas resumen de desigualdad.
Es así como pasamos al tercer punto de este artículo, que busca analizar
las similitudes y diferencias en los cambios en los ingresos entre el
periodo 2008-2010 y el 2012-2014. En la tabla 2 podemos encontrar
dichas cifras, y de ellas pueden darse varias observaciones principales.
Primero, en ambos periodos hubo una disminución en el ingreso
promedio de los hogares (de 12% en 2008-2010 y 3% en 2012-2014).
Pero aun cuando en ambos hubo disminución de los ingresos
promedios, en el primer periodo los ingresos totales de los
hogares más ricos cayeron más que si se compara con el cambio
en los ingresos de los hogares más pobres. Lo anterior no sucedió
durante 2012-2014. Aquí la disminución de ingresos parece haber de
manera más similar a hogares ricos y pobres. De hecho, a diferencia de
2008-2010 donde los hogares con la mayor disminución de ingresos
fueron los del decil X (es decir, los más ricos), durante 2012-2014 el
decil X se encuentra entre los menos afectados.
Esta diferencia puede ser más clara si analizamos el comportamiento de
los ingresos totales del 1% más rico de los hogares del país. Aquí
encontramos una gran diferencia entre ambos periodos de crisis (oficial
2008-2010 y silenciosa 2012-2014): Durante la primera, los ingresos de
esta élite se vieron afectados por un 29%, mientras que en la crisis
silenciosa sus ingresos aumentaron en un 13%. Es decir, en el periodo
2012-2014, mientras los ingresos promedios de los hogares en
México disminuyeron en un 3%, los ingresos del 1% más rico
aumentaron, y no sólo aumentaron, aumentaron en un 13% (para
una crítica a la sub-estimación de los ingresos del 1% más rico, véase
aquí: https://majm34.wordpress.com/2015/02/17/mexico-y-la-
desigualdad-que-ni-piketty-imagina/) Visto de esta manera, parece poco
decir que la desigualdad casi permaneció igual, lo que se obtiene al
observar coeficiente de Gini.
Como cuarto y último punto, presentamos los resultados de un análisis
más profundo derivado de observar las fuentes de ingreso que dan lugar
a la variable anteriormente analizada (ingreso corriente total). En este
caso, destacamos tres casos: los ingresos por trabajo, los ingresos por
rentas, y los ingresos por beneficios gubernamentales.
En el primer caso, los ingreso por trabajo, es de destacar que la
disminución del periodo 2012-2014 (1%) es menor que la del periodo
2008-2010 (9%), lo cual se debe en gran medida a que, a diferencia del
periodo de crisis oficial, en el periodo 2012-2014 no todos los deciles de
hogares presentaron disminución en sus ingresos. De hecho, es grave
darse cuenta que, los más afectados, después del decil VII, son los
hogares del decil I, es decir, los más pobres (que por hogar reciben $841
pesos mensuales). De hecho, nuevamente, a diferencia del primer
periodo, en 2012-2014 los ingresos del decil más rico también
aumentaron.
El segundo caso es el análisis de los ingresos por rentas, que
comprenden ingresos por arrendamiento y por utilidades, que, como
debe de suponerse, son aún más polarizados que otras fuentes de
ingresos. Aun así, lo que se busca destacar aquí es que la disminución
promedio de los ingresos por rentas fue mucho menor en 2012-2014
(7%) comparada con la de 2008-2010 (61%). Esta fuente de ingresos es
una de las principales fuentes en la contribución a la desigualdad total
en México, por lo que el hecho de que la disminución haya sido menor
para el periodo 2012-2014 explica las diferencias en los cambios del
ingreso total en dicho periodo. También en los ingresos por rentas puede
encontrar explicación a los cambios en el ingreso del 1% más rico del
país, ya que sus ingresos por rentas aumentaron en 13%, a
diferencia de la disminución de los ingresos por rentas en
promedio, y en contraste con la disminución de los ingresos
totales de los hogares en general.
El último caso que se presenta es el de los ingresos por beneficios
gubernamentales, debido a que estos pueden (o no) ser fundamentales
para los hogares con menores ingresos durante los periodos de crisis. De
hecho, se presentan justamente porque tanto en el periodo de crisis
oficial (2008-2010) como en el periodo de la crisis silenciosa (2012-
2014) no han presentado grandes cambios los beneficios
gubernamentales, es decir, no han contrarrestado los efectos negativos
causados por la disminución en otras fuentes de ingreso.
Como conclusión, pueden resumirse lo siguiente:
Primero, en el periodo de 2012 -2014 se ha presentado una crisis
(la que llamamos “crisis silenciosa”) para los hogares en México,
lo que se demuestra con sus similitudes con el periodo 2008-2010 en
cuanto a las tendencias negativas en pobreza, desigualdad y en general
con las diferentes fuentes de ingresos. La diferencia es que, al no ser
reconocida, no se han emprendido medidas por parte del gobierno para
contrarrestar dichos efectos negativos.
Segundo, una diferencia importante entre la crisis de 2008-2010 y 2012-
2014, la primera parecía haber afectado más a los hogares más ricos
(por lo menos en cuanto a ingresos totales, aunque hay críticas a esto
que ya se han citado), mientras que la actual parece haber
afectado por igual a hogares ricos y pobres, y de hecho, al
observar los datos para el 1% más rico de los hogares, se
observa que han aumentado sus ingresos, en contraste con la
disminución promedio de total de los hogares.
Tercero, al observar diferentes fuentes de ingreso, como ingresos por
trabajo e ingreso por rentas, seguimos confirmando las similitudes entre
la crisis de 2008-2010 y 2012-2014, además de la diferencia de que, en
algunos casos, los efectos negativos de la crisis actual han
afectado aún más a los hogares pobres, comparado con lo que
sucedió en el primer periodo. De hecho, el comportamiento durante
2012-2014 de los ingresos por rentas del 1% más rico explica por qué se
han visto beneficiados en dicho periodo de crisis, a diferencia de lo
sucedido en el periodo 2008-2010.
Cuarto, se destaca que, al no ser reconocida la actual crisis como
una crisis para los hogares mexicanos, se han omitido política
contra-cíclicas y que alivien los efectos de las crisis, sobre todo
en los hogares más pobres, como puede observarse en la fuente de
ingresos de “beneficios gubernamentales”, los cuales han permanecido
casi constantes para los hogares más pobres.
Así pues, es necesario seguir analizando los datos de manera que se
demuestre que actualmente los hogares en México viven una
crisis, que ha sido silenciada y debe de ser puesta en el debate como
tal, de manera que se tomen medidas que puedan poner marcha atrás a
los efectos negativos, que golpean aún más a los hogares que de por sí
ya eran muy vulnerables.
Bibliografía citada:
Cortés, F. (2012). Desigualdad económica en México, enfoques
conceptuales y tendencias empíricas. Estudios Sociológicos,
Volumen 30(Número Extraordinario), 157–189.
Jaramillo, M. (2014). ¿ Cómo afectan las crisis económicas la
desigualdad social entre los hogares ?: Tesis para obtener el grado
de Maestro. Universidad de Guadalajara.
Jaramillo, M. (2015). The Effects of Economic Crises on Social Inequality:
The 2008-2009 Economic Crisis and Its Effect on Zapopan, México.
The International Journal of Interdisciplinary Social and Community
Studies, Volume 9(Issue 2), 13–31.


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