miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Deben golpearnos para despertar?



1. ¿Qué tal si Peña Nieto –por su terrible comportamiento represivo y sus discursos amenazantes- es una reencarnación de Hitler y de su gabinete donde estuvieron los Von Papen, los Goebbels, Goring, Himmler, sobre todo aquel de ciencia y educación Bernhard Rust? Sabemos que todo Estado es –indudablemente- un órgano de la clase dominante que es usado para someter a los trabajadores; pero son tan represivos y descarados que a veces pienso que nos joden para que despertemos, para que nos rebelemos y para que lancen todas las metrallas contra nosotros. La realidad es que son estos gobiernos (desde Salinas hasta Peña) brutalmente represivos, asesinos y ni así se levanta el pueblo. ¿Harán todo eso para demostrar que estamos peor que jodidos? 

2. No olvido a los secretarios de educación que sucedieron a Vasconcelos en 1923; entre decenas de ellos ha habido muchos déspotas, pero quizá no tan peores como el tal Aurelio Nuño y Emilio Chuayffet que han creído que su particular “reforma educativa “ privatizadora la van a imponer a como dé lugar. Los panistas Reyes Tamés, Vázquez Mota, Lujambio y Córdova usaron a la SEP 12 años para descansar o como peldaño para su candidatura presidencial, dejando que la lideresa del SNTE, la señora Gordillo- siguiera mandando en educación. El “nuevo PRI”, para asegurar su continuidad, ha aprobado más de 10 “reformas estructurales” que quiere imponer a la fuerza mediante las amenazas, la represión y el encarcelamiento. Pero no podrá. 

3. Recuerdo en una obra de teatro popular, de hace unos 40 años, de aquellas que se ponían en los teatros del IMSS de la ciudad de México cuyo nombre ignoro o no recuerdo, el contenido raro de una obra: El hijo de un hacendado terrateniente que regresa a México de Europa después de hacerse socialista; se integra como capataz de su padre buscando a escondidas dar conciencia de lucha y queriendo rebelar contra su déspota padre a los 200 trabajadores explotados y miserables. Al no lograrlo durante meses, acudió a otra estrategia: ofenderlos, maltratarlos, insultarlos, joderlos; sólo así logró que recuperaran su dignidad, que se sublevaran y hasta que lo lincharan en medio de su alegría al haber conseguido la rebelión. 

4. Los profesores de la CNTE no tuvieron a padres que fueran hacendados, ni banqueros ni funcionarios de gobierno; la inmensa mayoría de ellos estudió en una escuela de gobierno, internado o no; muchos de ellos tuvieron que trabajar al parejo de estudiar. ¿Cómo obtuvieron conciencia de lucha esos maestros que hoy batallan? Nadie se las dio porque desde niños la adquirían al ver las condiciones de miseria de sus padres y de toda la clase social donde provenían. En la escuela aprendieron a interpretar la realidad, a entender su mundo y, lo más importante, a no dejarse engañar. Peña está madreando a los que están despiertos, a los que se rebelan contra el sistema y en tanto más reprima, encarcele o asesina, la rebelión está más cercana. 

5. Desde los años ochenta es difícil encontrar a un poderoso empresario, un alto gobernante o un influyente político nacional que haya estudiado en una escuela de gobierno; todos ellos y sus hijos vienen de escuelas privadas de cara colegiatura y universidades de EEUU y Europa. ¿Puede alguno de esos funcionarios conocer o saber de educación pública o haber sorteado alguna experiencia en ellas? Antes de 1982 los funcionarios de la SEP venían de la escuela pública; muchos de ellos habían recorrido –como maestros- todos los niveles de enseñanza. Hoy los tecnócratas lo único que saben es recitar cifras que están en la computadora, estadísticas en cuadros y discursos que sus muchos asesores le han escrito. Encarcelan a los maestros por ignorancia y miedo a la CNTE. 

6. Peña y Nuño ya encarcelaron a los primeros cuatro héroes del magisterio; están cazando a los otros 26 enlistados y a otros 200 de listas “negras” rebeldes de otros estados. Métanlos a todos rapidito a la cárcel y si no se les arma una bronca nacional revolucionaria es que ya nos pueden joder a quienes nos solidarizamos con ellos. Con ese pensamiento hitleriano autoritario y despótico demostrarían que nuestra cobardía es enorme y que nos merecemos que nos sigan jineteando y dándonos con palo. Quizá sea la condición para despertar del largo sueño de ilusiones que el capitalismo nos ha metido con la televisión y por otros medios. Nuestro mal ha durado más de 100 años y nuestro cuerpo ha aguantado todo. ¿Hasta cuándo?



Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

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